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Biomasa forestal, una oportunidad para Galicia
La madera es renovable, sostenible y se puede utilizar, reutilizar y reciclar. Por eso, es una materia prima clave para el modelo de transición de Europa hacia una bioeconomía circular destinada a impulsar la competitividad global, fomentar el crecimiento económico sostenible y la generación de nuevos puestos de trabajo. La industria forestal posee un gran potencial para promover una “economía verde” a través del uso de la madera, la bioenergía y nuevos biomateriales.
La Estrategia de Mitigación del Cambio Climático 2050 y la Estrategia de Bioeconomía de la UE fomentan la transición hacia una economía circular basada en recursos naturales. En este ámbito, a la madera le surgen nuevos mercados, esperándose un incremento notable de su demanda.
En el campo de la construcción, se observa un incremento de la utilización de madera como elemento estructural en Europa. En Alemania, el 17% de las nuevas casas construidas son en madera. En España, el consumo anual se encontraba en el entorno de los 10.000 m3 en 2019, esperándose incrementos que dupliquen esta demanda. La madera de coníferas se presenta como óptima en estos nuevos productos.
También se observa un incremento de las llamadas casas pasivas que supone un ahorro de energía respecto a modelos tradicionales, así como la utilización de otros materiales de base de madera como los entramados ligeros.
En el sector textil se está observando la necesidad de disminuir la utilización de materiales plásticos, utilizando productos derivados de la celulosa, consiguiendo materiales ecológicos y reutilizables usando también combinaciones de materiales con base biológica que permiten reducir el uso de polímeros.
Se aprecia también un avance importante en el uso de nuevos materiales en composite en la industria del automóvil, incrementando el consumo de materiales biológicos con base de madera.
El incremento de la bioenergía supone igualmente una oportunidad para los biocombustibles, en especial para la biomasa, tanto como fuente de calor como su utilización para producir energía.
En estos ámbitos, Galicia participa en programas de innovación en la consecución de nuevos materiales y cuenta con una estrategia de biomasa que permitirá valorizar la utilización de estos recursos.
Galicia tiene con una superficie forestal de más de dos millones de hectáreas, y la actividad forestal en la Comunidad genera oportunidades y valor, distribuido entre los miles de silvicultores y cientos de comunidades vecinales que venden madera al año. En 52 de los 315 ayuntamientos gallegos, la industria de base forestal representa más del 30% de los establecimientos industriales.
La cadena principal de transformación de madera supone, según el IGE (2013), en torno al 2% de la economía gallega hablando de valor añadido, mientras, en términos de empleo, este peso es del 2,3%, y del empleo industrial del 12,3% global de la economía de Galicia.
La importancia cualitativa del sector se incrementa al considerar las numerosas cadenas laterales y los proveedores de bienes de equipo, suministros complementarios, servicios de investigación e infraestructuras (nombradamente ferrocarril y puertos) vinculadas al mismo. De este modo, el incremento de la producción en la cadena principal no solo provoca incrementos de empleo en esa rama principal, sino que en la medida en que demanda consumos intermedios de otras ramas también repercute en su empleo. La industria forestal adquiere productos del 80% de los sectores económicos de Galicia y, en 23 de ellos, con compras superiores a los 10 M€/año.
Gestión forestal sostenible
El uso de la biomasa para obtener energía garantiza que los bosques europeos sigan creciendo. La biomasa procede de tres fuentes principales: biomasa de madera (70%), biomasa agrícola (20%) y residuos de biomasa (10%). La bioenergía se emplea principalmente para calefacción (70%), proporcionando calor a 66 millones de hogares europeos; electricidad (15%) y transporte de combustible (15%).
Las oportunidades que supone para Galicia la biomasa forestal, en consonancia con los objetivos de la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3) están relacionadas con el ámbito energético (generación y almacenamiento), con la circularidad de procesos, con la construcción sostenible y con el sector textil. A mayores, la bioenergía ayuda a la gestión forestal y contribuye a la disminución de CO2.
La apuesta de la Xunta por la biomasa forestal se materializa a través de varias líneas de ayuda e incentivos a proyectos de biomasa para usos térmicos que lidera el Inega. En el período 2014-2021 se concedieron 54 millones de euros en ayudas, con una inversión asociada de 112 millones de euros para un total de más de 8.800 ayudas concedidas (7.453 a personas físicas y 1.373 a empresas).