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13/12/2022

El turismo termal en Galicia, una oferta de calidad

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Como región referente en el sector termal, su impulso es fundamental para afrontar muchas de las prioridades de la Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3) de Galicia, como la sanitaria, turística, empresarial y ambiental

Nuestra Comunidad es la primera potencia termal de España y la segunda de Europa, siendo Ourense la segunda ciudad europea con mayores reservas de aguas mineromedicinales. En concreto, la mayor concentración de aguas termales de Galicia se encuentra en las comarcas de Ourense, O Carballiño y O Ribeiro.

Galicia es además un referente en España por su experiencia en el desarrollo y puesta en valor del sector termal. Buena prueba de ello son los 21 balnearios con los que cuenta la Comunidad, seis de ellos con el distintivo Q de calidad turística, 11 espacios termales y tres centros de talasoterapia. Galicia oferta 3.000 plazas hoteleras vinculadas al termalismo.

La Xunta de Galicia considera el termalismo un sector que se debe seguir impulsando teniendo en cuenta todas sus vertientes (sanitaria, turística, empresarial y ambiental), por lo que están haciendo un trabajo conjunto entre las diferentes administraciones para que tenga el peso que le corresponde en la economía gallega.

Una Ley pionera en España

En este sentido, el Gobierno gallego aprobó la primera Ley en España que regula el aprovechamiento lúdico de las aguas termales, una norma pionera en España que permite impulsar en la Comunidad un crecimiento ordenado y seguro del sector.

Galicia se convierte en la primera Comunidad autónoma en regular los diferentes aprovechamientos de las aguas termales, estableciendo un nuevo uso que marca una frontera clara entre los establecimientos balnearios, con usos terapéuticos y que están regulados por una ley del año 1995; y los espacios y piscinas termales, con usos lúdicos, en los que se centra esta norma. De este modo, Galicia da respuesta a una realidad empresarial y a una demanda real de la sociedad actual, ofreciendo seguridad jurídica y garantías a proyectos turísticos que, hasta la fecha, no tenían una reglamentación específica.

Los objetivos de la ley soy velar por la salubridad e higiene de los aprovechamientos lúdicos de las aguas termales; garantizar la sostenibilidad ambiental de las aguas termales para evitar la degradación de su calidad y la reducción de su caudal; proteger su integridad como recurso natural, patrimonial, cultural, turístico y lúdico; y promover el desarrollo económico y social de las poblaciones donde surgen estas aguas.

Entre los aspectos más relevantes de la normativa -en la que se fija como condición previa que las aguas cuenten con la declaración de termales- están: la regulación de los casos de compatibilidad de los nuevos aprovechamientos lúdicos con los establecimientos balnearios y sus perímetros de protección; el establecimiento del procedimiento para obtener autorizaciones administrativas renovables cada 10 años para las personas o entidades privadas y concesiones de 30 años prorrogables hasta 75 en el caso de entidades públicas; la exigencia de la garantía financiera, seguro de responsabilidad civil, un plan de aprovechamiento de carácter cuatrienal y la restitución de la situación al estado original tras la finalización del aprovechamiento; marca las condiciones de accesibilidad, seguridad e higiénico-sanitarias de las instalaciones; además de un régimen de inspección y sanciones con multas de entre 300 y 90.000 euros. La Ley pretende proteger este recurso y garantizar la salubridad y seguridad de las instalaciones a los usuarios.

Medidas de apoyo al sector

A esto se suman otras medidas como la línea de ayudas puesta en marcha este mismo año para el acondicionamiento y mejora de los espacios termales de uso recreativo que hay en la Comunidad, y el protagonismo que tendrán las villas termales y cascos históricos dentro del III Plan Territorial de Desarrollo Turístico en Destino para el período 2023-2026.

La Xunta fija como una de sus líneas primordiales de actuación las aguas termales, impulsando el termalismo como elemento dinamizador socioeconómico del territorio, sobre todo en entornos rurales, mediante estrategias de creación de producto y utilizando las posibilidades que ofrecen nuestras tecnologías para una gestión turística sostenible e inteligente. La oferta que se hace desde Galicia es la de un turismo de calidad, sin aglomeraciones y permitiendo disfrutar de la naturaleza.

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