Inicio
Actualidad

¡Al día!

28/12/2022

Cuando los drones son los grandes aliados de las placas fotovoltaicas

Comparte este artículo

La spin-off ATOM, nacida en 2021 al amparo de la Business Factory Aero, participa en la cuarta edición de la aceleradora para consolidar su plan de negocio y su expansión internacional

ATOM da nombre a la spin-off que la empresa AEROTOOLS tiene en Lugo y nace en el año 2021 al amparo de Business Factory Aero, una iniciativa de la Xunta de Galicia que, en el marco del Polo Aeroespacial, aporta infraestructuras y medios enfocados a proyectos aeronáuticos y vehículos no tripulados, ofreciendo tres itinerarios según la fase en la que se encuentre cada iniciativa: incubación, aceleración y consolidación.

Como explica el CEO de la empresa, Miguel Rosa, ATOM es “una solución innovadora para la inspección de activos industriales”. Concretamente, la firma basa su actividad actual en el uso de drones para capturar datos de plantas fotovoltaicas que, posteriormente, procesan e inspeccionan. La herramienta ya está al servicio de empresas y plantas de España y de 12 países más.

Impulso de la Business Factory Aero

Durante la fase de aceleración en la Business Factory Aero, de la que formaron parte en 2021, ajustaron el plan de negocio e iniciaron la búsqueda de inversores.

Tras este proceso, la herramienta necesita ahora de funcionalidades más avanzadas, como la inteligencia artificial, de ahí que formen parte ya del proceso de consolidación de la cuarta edición de la aceleradora, con el objetivo de alcanzar un mayor desarrollo tecnológico de sus productos y ganar presencia internacional.

En esta nueva etapa trabajarán para identificar áreas que necesitan de un desarrollo específico para poder entrar en la Industria 4.0 y poder ofrecer el servicio también a otros sectores. Actualmente el trabajo se centra en plantas de energía solar fotovoltaica y con estos nuevos desarrollos podrían actuar también en carreteras, puentes, cubiertas o puertos.

El segundo de los objetivos que pretenden es la consolidación del área comercial a través de una mayor presencia en otros países. “La idea es avanzar de forma acelerada en un período corto de tiempo, cuatro meses, y establecer unas bases sólidas de cara el futuro de la empresa”, resume Miguel Rosa.

Desde su puesta en marcha, en solitario o como socios de otras compañías a las que han aportado el know how, han conseguido prestar el servicio en países como Australia, Chile, Italia, Francia, Reino Unido, Marruecos, Grecia, Panamá, Rumanía o Uzbekistán. 

Cómo funciona ATOM

Con la ayuda de los drones, desde ATOM llevan a cabo una inspección termográfica con la que miden la temperatura de los paneles fotovoltaicos y otros parámetros. El dron toma imágenes de los paneles y con esos datos se analiza si existen módulos con incidentes, defectos de fabricación, montaje, daños causados por inclemencias meteorológicas (como el granizo) o por pájaros, que pueden traer consigo una disminución de la producción de energía en la planta.

“Sistematizamos el proceso de inspección”, explica Miguel Rosa, lo que permite planificar los vuelos de los drones en las plantas fotovoltaicas, aunque sean de gran tamaño y con la cantidad mínima de tiempo sobre la planta. Operan en plantas desde un megavatio hasta los 300 megavatios y estas pueden estar sobre el suelo o sobre cubiertas.

El tipo de dron que utilizan tiene entre 5 y 6 kg de peso, es de tipo multirrotor con despegue vertical y lleva incorporada una cámara térmica y una cámara RGB (visual). Las operaciones de vuelo en una planta de 300 megavatios pueden durar alrededor de una semana, mientras que el análisis de los datos se obtiene en 15 días. Es un proceso que las plantas hacen con una periodicidad anual y que les permite mejorar su inteligencia de negocio y reducir tiempo y costes, porque si la planta presenta incidentes genera menos energía eléctrica y repercute en los ingresos. 

También te puede interesar