
¡Al día!

Porto-Muíños, agricultores del mar
¿Cocinar con algas? Bajo esta idea innovadora, Antonio Muíños y Rosa Mirás comenzaron hace 25 años realizando una primera recogida experimental de 100 kilos de algas y hoy comercializan un volumen húmedo próximo a las 400 toneladas. Son pioneros en un sector en el que Galicia está llamada a ser un referente mundial
Hace unos años, cocinar con algas era un tabú. Hoy, en el supermercado, ya es posible encontrarlas en conserva, deshidratadas, en ensalada, para condimentar… También es cada vez más frecuente incorporarlas en propuestas gastronómicas populares como empanada, tortilla, sopa… Por sus características y propiedades nutricionales, las algas están llamadas a ser uno de los superalimentos naturales del futuro. En la investigación, divulgación y contribución a crear esta cultura occidental de las algas encontramos una empresa familiar gallega ubicada en Cerceda (A Coruña): Porto-Muíños, fundada en 1998 por Antonio Muíños y Rosa Mirás.
Comenzaron tímidamente buscando un producto alternativo gallego para darle salida a una fábrica de conservas que tenían parada y fue así como pusieron su foco en las algas, lo que sería el germen de una vida dedicada a divulgar el conocimiento sobre las llamadas “verduras de mar”. Aprovecharon la riqueza natural de la costa gallega y se apoyaron en la universidad para identificar las especies más aptas gastronómicamente. “Hicimos una primera solicitud a la administración para una recogida experimental, con el objetivo de hacer las primeras pruebas de cocina. Empezamos recogiendo 100 kilos, que acabamos regalando”, recuerda Antonio Muíños, su impulsor.
Sacar adelante una propuesta de negocio tan innovadora no es tarea fácil y Muíños reconoce que los primeros años fueron difíciles. En el camino, se apoyaron en la alta cocina, que por aquel momento estaba despuntando en España, y en la que se buscaban productos novedosos y diferenciales. “El éxito de nuestra empresa fue fruto de un acto de colaboración fantástico entre chefs, profesionales, medios de comunicación, periodistas… Cada uno aportó algo a la divulgación de las algas desde su área”, explica.
Tuvieron que pasar más de 10 años desde el inicio de su andadura hasta que las grandes superficies comenzaron a interesarse por tener en sus estantes algas para el consumidor final.
La innovación, en su ADN
Porto-Muíños tiene hoy alrededor de 25 trabajadores y más de un centenar de productos en el mercado, con presencia en una veintena de países de todo el mundo. Comercializan un volumen húmedo próximo a las 400 toneladas.
La cultura de la innovación está metida en el ADN de la empresa, que realiza una labor constante de búsqueda de nuevos usos o aplicaciones, actualmente muy enfocados sobre todo en la agricultura o en la alimentación animal. Entre ellos, destaca el proyecto de innovación Algaterra, orientado a elaborar nuevos insumos agrícolas con descartes de algas marinas que se producen en la industria alimentaria, y probar su eficacia para ser utilizados tanto en agricultura ecológica como convencional.
“Galicia va a seguir creciendo en el sector de las algas por la enorme riqueza de nuestra costa y por las características que tenemos de clima o temperatura del agua, que no tienen nada que envidiar a zonas punteras como Corea, Maine o Portland”, comenta Antonio Muíños.
Eso sí, “en la medida en la que se amplíe exponencialmente el consumo de las algas, cobra más importancia potenciar el cultivo del mayor número de especies posible y con el menor impacto en el medio natural”, destaca.