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13/04/2023

Apuesta familiar por el campo y el bienestar animal

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Pazo de Vilane empezó en la comarca de A Ulloa (Lugo) con 50 gallinas ponedoras. Hoy tienen 220.000, que producen cuatro millones de docenas de huevos al año que se comercializan en todo el territorio nacional

“No fabricamos huevos, cuidamos gallinas”. Esta es la filosofía de Pazo de Vilane, una empresa familiar especializada en la producción de huevos camperos de gallinas criadas en libertad y pionera en introducirlos en los lineales de los supermercados.

Su cofundadora, Nuria Varela-Portas, licenciada en Económicas y Empresariales, abandonó su trabajo y su vida en Londres en 1996 para poner en marcha junto con su familia este proyecto y recuperar así el antiguo pazo familiar del siglo XVIII, situado en Antas de Ulla, en pleno corazón de la comarca de A Ulloa (Lugo). “Mucha gente creyó que aquello era una locura: invertir en el campo en los años 90 y, sobre todo, criando gallinas”, recuerda. Pero continuaron con su apuesta, convencidos de que podían sacar adelante un proyecto inspirador, ambicioso y con impacto en el rural de Galicia.

La misión y los valores de Pazo de Vilane se perfilaron a través de muchas conversaciones de los Varela-Portas, como recuerda Nuria, siempre con la idea clara de que querían hacer las cosas de una manera diferencial, porque “no solo se puede innovar con un laboratorio de I+D+i, sino a través de las ideas, los procesos y los modos de hacer”, remarca. “Teníamos claro que queríamos crear una marca paraguas que amparase productos agropecuarios y que esa marca gestionase toda la cadena de valor”, explica. Y así fue. Empezaron de cero con 50 gallinas ponedoras. Hoy tienen 220.000, que producen cuatro millones de docenas de huevos al año, los cuales se comercializan en todo el territorio nacional. Cuentan con una plantilla de 50 personas y 16 granjas, entre ellas algunas asociadas que aplican su mismo modelo productivo bajo supervisión diaria.

La sostenibilidad y el bienestar animal han sido dos ejes prioritarios desde el inicio: “Queríamos actuar bajo el principio de salud única, es decir: animales sanos, personas sanas y medio ambiente sano”. Los huevos camperos de Pazo de Vilane se diferencian de los demás por la forma en la que cuidan de las gallinas. Las aves disponen cada una de 4 m2 de pasto verde en el exterior. Así, un lote pequeño de 5.000 gallinas camperas disfruta en exclusiva de 20.000 metros cuadrados de finca. Eso, unido a la alimentación y al clima propio de Galicia, otorgan calidad, nutrientes y un sabor único al producto.

El diseño ha sido también una pieza clave en la estrategia de la empresa. Su icónica caja de huevos camperos es una obra del diseñador Pepe Barro de 1997. “Diseñó una caja maravillosa y sin fecha de caducidad, que lleva 25 años funcionando y transmitiendo los valores de Pazo de Vilane: naturalidad, sostenibilidad, bienestar animal, cuidado…”, explica. El envase, reciclable y reutilizable, ha recibido varios premios y ha sido presentado en exposiciones de diseño industrial. Además, forma parte del libro ABC DESEÑO. Diccionario do deseño e da innovación en Galicia, editado pola Xunta y la Fundación Didac.

Tras 27 años de andadura, Pazo de Vilane se ha convertido en una pyme de referencia. Nuria Varela-Portas reconoce que el camino no ha sido fácil, pero asegura que el hecho de ser una empresa familiar les aporta “resiliencia y solidez “y remarca que lo que más les ha movido “es el amor por Galicia y por el proyecto”. Con la vista puesta en el futuro, su reto es seguir produciendo productos agropecuarios de calidad, basados en la sostenibilidad, la innovación y la mejora continua. “Queremos ser una empresa que construya una sociedad de futuro sostenible: que sea ambientalmente regenerativa, socialmente justa y económicamente inclusiva”, detalla. No en vano, están evolucionado su filosofía a otra igual de inspiradora: “Cuidamos gallinas cuidando personas”.

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