
¡Al día!

Joyería con sello atlántico
Luis González Bahamonde comenzó con tan solo 19 años el proyecto personal que dio origen a Ardentia, en la actualidad una de las firmas más reconocidas de la joyería gallega. Sin referentes familiares en el sector, “y con la osadía que da la ignorancia de ser joven”, sus primeros pasos fueron en el instituto haciendo pulseras para la excursión de fin de curso de sus compañeros. Con sus primeras ventas en el antiguo rastro de A Coruña o en el feirón de Pontedeume, invertía en libros, materiales y herramientas para avanzar en su proceso de aprendizaje autodidacta, que culminó en Santiago con el apoyo y la formación del fallecido Suso Bautís, conocido orfebre compostelano.
35 años después, el artesano y creador de Ardentia cree que la clave del éxito ha sido un claro componente de pasión y de ilusión junto con el espíritu de mejora constante y la máxima, siempre presente, de diseñar piezas reconocibles que no fueran más de lo mismo. A ello se sumó, desde los inicios, una visión comercial que iba un paso más allá de los estándares de la época. “Me enfoqué en que el producto, siendo diferente, original y muy personal, tuviera también unas características en cuanto a calidad, acabados y presentación que le permitieran competir en igualdad de condiciones en los puntos de venta habituales de la joyería”, recalca.
Muy pronto decidieron también explorar el mercado exterior. A partir de 1992 comenzaron a tener presencia en ferias profesionales del sector en Madrid y Barcelona. Más tarde, apostaron por exponer en citas internacionales de referencia, como Inhorgenta (Alemania) o Bijorhca (París). “Partiendo de nuestra preocupación por hacer las cosas bien y de apostar por un producto con autoría y origen, cuando salimos fuera subimos el nivel todavía más y aprendimos mucho de la experiencia, compitiendo con un producto que estaba en igualdad de condiciones con firmas de joyería de diseño de otras partes de Europa”, explica González Bahamonde.
Han trabajado para clientes de todo el mundo, desde las Maldivas hasta Abu Dabi pasando por Tallín o Hong Kong. En la actualidad están muy enfocados en consolidar el mercado gallego y nacional. Además de la venta online, también han abierto un nuevo camino apostando por puntos de venta propios, con sus tiendas de Vigo, A Coruña y recientemente en Santiago.
Calidad, tradición y modernidad
Ardentia cuenta con las certificaciones tanto de Artesanía de Galicia como de Galicia Calidade. “Son dos soportes que ayudan mucho a encuadrar el tipo de pieza que hacemos cuando se acerca un cliente. Redondean tu marca y la percepción que la gente tiene de ella, de producto artesano y especial, que habla de una región, pero que a la vez es universal desde lo Atlántico”.
En su taller de Bergondo, en el que trabajan 9 personas, combinan las técnicas y herramientas más innovadoras del sector con un proceso artesanal irreemplazable. “El 85% del proceso de nuestras piezas es totalmente manual”, explica González Bahamonde. Su posicionamiento en el mercado y su filosofía de compartir conocimiento -más de 85 talleres de noroeste de España han pasado por sus cursos en los últimos años- los han convertido en “pequeños y honestos referentes en el sector”.
Para el fundador de Ardentia, es el momento de consolidar todo lo logrado estos años y disfrutar de la conexión con el cliente. “Ver reflejados los valores de la marca en la gente que nos compra y en las palabras que utilizan para hablar de nuestro trabajo es lo más satisfactorio”, concluye.