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14/06/2023

La planta de biorresiduos de Vilanova de Arousa, estratégica para Galicia

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Declarada como Iniciativa Empresarial Prioritaria por la Xunta, cuenta con una inversión de 15,1 millones de euros y tendrá capacidad para gestionar 15.000 toneladas anuales de materia orgánica contenida en los residuos municipales

La planta de biorresiduos de Vilanova de Arousa constituye una de las 17 instalaciones que conformarán la red de infraestructuras diseñada por la Xunta de Galicia, y ejecutada por Sogama, para la valorización de la materia orgánica mediante su transformación en compost.

Adscrita a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio y Vivienda, Sogama es una empresa pública encargada de gestionar los residuos municipales generados en la mayor parte del territorio gallego (295 ayuntamientos en total, con una población incorporada superior a los 2,2 millones de habitantes).

La previsión es que las obras de esta planta, que se levanta en el polígono industrial de Baión, culminen en el último trimestre de 2023, momento en el que comenzará a dar servicio a los 26 municipios de su área de influencia (326.846 ciudadanos).

Con una inversión de 15,1 millones de euros, la instalación, que ocupa una superficie de 20.000 m2, tendrá capacidad para gestionar 15.000 toneladas anuales de materia orgánica contenida en los residuos municipales (FORSU) y otras 7.000 toneladas de material estructurante (podas y restos de madera), previendo una producción de alrededor de 6.000 toneladas/año de compost de alta calidad, cuyo destino será el sector de la agricultura y la jardinería, sustituyendo a los fertilizantes artificiales.

La planta vilanovesa integrará las distintas fases del proceso de compostaje de los residuos orgánicos: desde el pretratamiento y la fermentación, hasta la maduración y el almacenamiento, así como los correspondientes tratamientos de aire y de aguas, haciendo uso en todo momento de las últimas tecnologías disponibles, tanto de procesado como de control de olores y ruido. Asimismo, será autosuficiente desde el punto de vista energético, ya que la energía necesaria para la operativa industrial procederá de fuentes renovables, fundamentalmente de paneles solares, contribuyendo de esta forma a la lucha contra el cambio climático.

Red de infraestructuras para la valorización de la materia orgánica

La normativa europea obliga a los ayuntamientos, que son quienes tienen las competencias en materia de residuos, a implantar la recogida diferenciada de la materia orgánica antes del 31 de diciembre de 2023. Es por ello que la Xunta decidió ayudarles poniendo a su disposición la infraestructura necesaria, que estará conformada por cuatro plantas de biorresiduos (una por provincia): Cerceda, en A Coruña; Cervo, en Lugo; Verín, en Ourense; y Vilanova de Arousa, en Pontevedra, así como trece plantas de transferencia de apoyo (seis de nueva construcción y siete sometidas a adaptación) a las que se dotará de una tolva específica para el trasvase de la materia orgánica, que será trasladada a la planta de biorresiduos más cercana.

El objetivo último de este despliegue de medios es que la práctica totalidad de los ayuntamientos adheridos al sistema Sogama dispongan de una planta de biorresiduos o de transferencia a menos de 50 kilómetros de distancia. Esta red de infraestructuras, que estará plenamente operativa antes de que concluya el año, cuenta con una inversión de 40 millones de euros, de los cuales 30 proceden de los fondos FEDER REACT EU como respuesta de la Unión Europea a la crisis de la covid-19.

El presidente ejecutivo de Sogama, Javier Domínguez Lino, ha mostrado su satisfacción por el cumplimiento de plazos, ya que “para una compañía pública, poner en marcha 17 instalaciones en un corto período de tiempo no resulta tarea fácil”, con la particularidad de que la grave crisis energética y de materiales derivada de la guerra de Ucrania, así como la alta inflación y el precio de los suministros y servicios, han sido, a juicio del máximo responsable de esta compañía, “auténticas piedras en el camino a las que, afortunadamente, hemos conseguido superar con grandes dosis de esfuerzo, dedicación y perseverancia”. Domínguez considera que la planta de biorresiduos de Vilanova de Arousa, al igual que las restantes, supondrá un paso adelante en la correcta gestión de los residuos en Galicia, haciéndola más sostenible, y constituirá un ingrediente de peso en la transición de nuestra comunidad hacia la economía circular, al convertir los residuos en recursos de alto valor.

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