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18/10/2023

Entrevista a José Manuel Sanín, presidente de la Asociación Gallega de Artesanos

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“Términos como economía circular o huella cero de carbono forman parte de la filosofía de cualquier artesano desde siempre”

José Manuel Sanín no solo lleva más de treinta años dedicado a la creación artesana de panderetas e instrumentos de percusión tradicional, sino que además ostenta la condición de presidente de la Asociación Gallega de Artesanos. Abordamos con él los retos y oportunidades del sector.

Talento y diversidad se dan la mano en este sector. ¿Cómo es el perfil de los profesionales asociados a la Asociación Gallega de Artesanos?

Efectivamente, es un perfil muy diverso, ya que los oficios son muy diferentes unos de otros. ¿En qué se parece alguien que hace cerámica a otro que trabaja el cuero? Puede que en nada, pero al mismo tiempo también hay muchos rasgos parecidos. Uno de ellos es el tamaño. Para tener la condición de artesano, un taller no puede superar los 10 empleados. Por lo tanto, somos pequeña empresa o autónomos, que trabajan solos o tienen algún operario. Actualmente contamos con unos 200 asociados. El artesano muchas veces es reacio a asociarse. Aun así, cabe destacar que somos una de las asociaciones más potentes y de referencia de todo el país.

¿Qué actividades y servicios les ofrecen?

Entre otros servicios, a través de la oficina filtramos la información más relevante sobre el sector que procede de otras asociaciones, del Ministerio, de la Xunta y de otras administraciones, relacionada con normativa, ferias, eventos… y se la hacemos llegar a nuestros socios para que puedan estar al día. También organizamos eventos como “Mostrart” o “Ofeitoaman”, que son ferias de venta directa de artesanía muy reconocidas y de las más importantes que se hacen en la Península. Además, somos los interlocutores naturales con la administración para transmitir necesidades o inquietudes, por ejemplo ante la confección de la nueva Ley de Artesanía de Galicia, ya que somos la organización del sector con mayor número de asociados y la más antigua.

La asociación nació en 1983. ¿Cómo ha evolucionado el sector a lo largo de estos 40 años?

Realmente lo hay que analizar oficio por oficio. Muchas actividades artesanales tradicionales están desapareciendo, ya que en algunas no queda relevo generacional una vez que se jubilan los artesanos que las desarrollaban. Otras, sin embargo, se mantienen o crecen. Por ejemplo, en mi oficio, que es el de las panderetas, desde que empecé hasta hoy, hay 10 veces más artesanos.

Organizan cada año conocidas ferias de artesanía con un gran éxito de público. ¿Los eventos presenciales siguen siendo clave en la estrategia de comercialización?

Sin duda. Si no tienes presencia en la calle, si no te conoce el público… no consigues que luego la gente te busque de forma online, toda vez que no contamos con la capacidad de grandes empresas para hacer publicidad digital.

Muchos artesanos vendemos por internet, y cada día más, pero para darte a conocer la manera más fácil es precisamente a través de la venta directa en una feria o evento. Luego puedes mantener la vinculación a través del digital pero si no hubo un conocimiento previo es muy complicado que confíen en ti y den el paso.

Los procesos artesanales, el “hecho a la mano”, la autenticidad… son tendencia. ¿A qué se debe?

Los artesanos ya estábamos antes de que hubiera industria. Éramos la forma de producir objetos durante toda la historia de la humanidad, excepto en los últimos 200 años. El hecho de que el público vuelva a mirar para nosotros, cuando en los años 50 o 60 del siglo pasado se dio de lado a la artesanía por productos más industriales, no es porque ahora nosotros hagamos las cosas de manera diferente, sino porque simplemente se están dando cuenta de que eso no era válido, no funcionaba. La gente vuelve a los orígenes.

Por otra parte, a diferencia de la industria, que es capaz de producir más de lo que puede vender, en nuestro caso es al contrario. No podemos producir todo lo que seríamos capaces de vender. En nuestro taller, por ejemplo, podríamos vender más panderetas de las que vendemos, pero no somos quienes de fabricarlas porque queremos seguir haciéndolo de una manera específica, ofreciendo una calidad que soporte el uso y el paso del tiempo para que el cliente siempre esté satisfecho. Eso también hace que los consumidores se decanten por nosotros.

¿Qué aporta la marca Artesanía de Galicia a los profesionales adheridos? ¿Cómo valora el impacto de este sello en el sector?

Artesanía de Galicia fue una marca inscrita por nuestra asociación que luego cedimos a la Administración porque tenía más capacidad económica para hacerla crecer y convertirla en lo que es: la marca paraguas y el sello de calidad de todo el sector. Ayuda mucho, sobre todo cuando se está comenzando, como garantía de que se está profesionalizado y de que cumples con una serie de criterios de calidad. La marca fue muy buena, es muy buena y es necesario que se siga impulsando decididamente de cara al futuro para no perder todo lo conseguido, dándole impulso e invirtiendo para que sea más relevante y se refuerce, algo que será positivo para todo el sector.

¿Qué fortalezas y oportunidades tiene el sector de cara al futuro?

Por una parte, términos que hoy están de actualidad como economía circular, huella cero de carbono, etc. forman parte de la filosofía de cualquier artesano desde siempre. ¿Para qué voy a traer la madera, el cuero o el barro desde 6.000 km de distancia si puedo comprárselo a un vecino a 6 km o a 600 metros? Es un tema de racionalidad y sentido común. Por otra parte, cada vez que hay una crisis, un montón de gente que se dedicaba a otra cosa empieza a dedicarse a la artesanía. Es un refugio para muchas personas. Lo vimos ahora con el covid-19, a raíz del cual hubo una incorporación enorme de cartas de artesanos nuevas. Pero es preciso seguir dando a conocer cuál es el valor de la artesanía y de dedicarse a esto, de la importancia de estar inscrito, etc. En lo que respeta al relevo generacional, necesitamos que gente nueva se acerque con una mirada fresca y diferente a muchos oficios que están a punto de morir y les den una vuelta. Pero no pueden esperar mucho porque no van a tener de quién aprender. La formación es un gran reto ya que, aunque es fácil aprender ciertas cosas, hay otros oficios de los que es extraordinariamente complicado hacerlo porque prácticamente no queda nada o hay muy poco material al que se pueda acceder. Creo que se debe hacer una apuesta por la formación, por montar escuelas, aunque no sean oficiales, para recopilar el conocimiento y mantenerlo vivo y accesible.

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