
¡Al día!

Cuando las conchas marinas se convierten en artesanía
Montse Betanzos es la tercera generación de una familia de colareiras, un oficio centenario de O Grove, que ella aprendió siendo una niña y casi como un juego, ayudando en casa a su abuela, su madre y su tía creando diferentes piezas de bisutería con conchas marinas para luego venderlas en la isla de A Toxa.
“Más tarde estudié, hice carrera, trabajé en la empresa privada y, cuando me desencanté de la vida laboral que llevaba, ya en la madurez, decidí volver al origen y emprender cambiando totalmente el rumbo”, rememora. Así nació el taller y la marca que hoy lleva su nombre, una propuesta que bebe de toda esa sabiduría tradicional pero con un enfoque contemporáneo.
Su bisutería es única, genuina y atemporal, pero sobre todo se distingue por el material con la que está realizada: las conchas de mar. “Lo que diferencia a nuestra marca con respeto de otras colareiras es que no tratamos el producto como un souvenir, una visión que ya heredé de mi madre”, resalta Montse Betanzos. Sus creaciones impulsan el oficio, buscando sacar las piezas del ostracismo de quedar guardadas en un cajón como meros recuerdos de un viaje para elevarlas a objetos ornamentales femeninos. En definitiva, “dándoles el valor que debieron tener siempre como algo artesanal, diferente, original y autóctono de un enclave concreto de Galicia”, resalta.
Además de todo tipo de joyas, como collares, pendientes, pulseras o sortijas, también exploran nuevos caminos, diseñando y vendiendo otros complementos como sandalias, bolsos o sombreros, personalizados con sus características conchas.
Del proceso de recogida y selección de las conchas se encargan de primera mano. “Contamos con un almacén que ya viene de generaciones anteriores y que vamos manteniendo y enriqueciendo a medida que vamos gastando”, detalla Montse Betanzos. Durante el invierno trabajan en los arenales de las playas de la zona recolectando conchas y escogiendo “in situ” los materiales, que llevan cribados y libres de arena. Luego, ya en el taller y con tiempo, se van seleccionando por colores, tamaños... El tratamiento de las conchas depende del estado de las mismas, de su color natural y de las piezas que se vayan a crear con ellas, siendo en ocasiones tratadas con aceites o barnices, pulidas o incluso teñidas de colores que no tiene la naturaleza: rojo, turquesa, azul metalizado…
Además de contar con puntos de venta en diferentes tiendas de artesanía y joyería, Montse Betanzos comercializa sus creaciones a través de su propio taller; con la presencia en numerosas ferias de artesanía; y, como complemento de lo anterior, en su tienda web, en la que suelen comprar usuarios que ya la conocen o que tuvieron la ocasión de ver y tocar el producto en algún evento presencial.
“Casi todo el mundo conoce y tiene un recuerdo asociado a un collar de conchas de O Grove: porque vino de pequeño a una excursión, porque se lo llevaron de regalo, porque vio uno en la casa de una abuela... Eso para mí es una suerte porque la gente cuando se acerca a mi puesto en una feria de artesanía identifica el producto y tiene con él una vinculación emocional”, enfatiza. Además de esto, el consumidor valora la preservación del oficio y su calidad, avalada con el sello Artesanía de Galicia.
“Para mí formar parte de Artesanía de Galicia lo ha sido todo”, cuenta Montse Betanzos. “Me dio un empujón enorme, me enseñó a enfocar el producto a partir de la idea que tenía, me ayudó en la difusión… El sector artesano gallego es la envidia de toda España. Sin Artesanía de Galicia, la Fundación y la Consellería de Economía, Industria e Innovación los artesanos gallegos no seríamos lo que somos”, concluye.