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La inversión en I+D+i como clave estratégica para la competitividad empresarial
En un contexto como el actual, en el que el futuro de las empresas se orienta cada vez más hacia la innovación, su capacidad para invertir inteligentemente se convierte en un factor fundamental a la hora de definir su posicionamiento a nivel global y no cabe duda de que invertir en Investigación, Desarrollo e innovación (I+D+i) potencia la competitividad de las empresas y contribuye a mejorar la calidad de los productos.
Consciente de esta realidad, la Xunta de Galicia proporciona a las empresas a través de diferentes programas de apoyo las herramientas necesarias no solo para enfrentar los retos asociados a la inversión en innovación, sino también para aprovechar al máximo las oportunidades de las que disponen.
La inversión en Investigación, Desarrollo e innovación se convierte, por tanto, en una estrategia clave para posicionarse en un mercado globalizado y cada vez más competitivo. A I+D+i engloba procesos que, aunque distintos nos sus objetivos y enfoques, se complementan para impulsar el crecimiento empresarial. Mientras que la investigación busca adquirir nuevos conocimientos, el desarrollo consiste en aplicar esos conocimientos para por ejemplo la creación de nuevos productos o procesos o la mejora de los mismos. Por su parte, la innovación será clave para introducir esos nuevos productos o procesos en el mercado. Anticiparse a las tendencias lleva implícito fomentar nuestra competitividad, permitiéndonos responder con agilidad a las demandas del consumidor y diferenciarnos claramente del resto de competidores.
La optimización de la calidad del producto es con frecuencia de las primeras ventajas visibles de optar por la inversión en I+D+i. Esta apuesta permite a las empresas explorar nuevos materiales, tecnologías y métodos de producción, lo que se traduce en productos más funcionales, duraderos y atractivos para el consumidor. La satisfacción del cliente, y por tanto, su lealtad, se incrementa exponencialmente cuando una marca pone a su disposición productos que no solo cumplen sino que superan sus expectativas.
Además de mejorar la calidad de los productos ya existentes y mismo de ampliar la oferta, la inversión en I+D+i implica generalmente una mayor eficiencia operativa. La automatización de procesos y la optimización de las cadenas de suministro, impulsadas por innovaciones en software y hardware principalmente, contribuyen a reducir significativamente los costes de producción. Por otra parte, las prácticas empresariales sostenibles, también resultado de la innovación, minimizan el impacto ambiental, incentivan el ahorro y atraen a consumidores con conciencia ecológica, mejorando consecuentemente nuestra imagen de marca.
A pesar de los evidentes beneficios que acerca, la inversión en I+D+i conlleva sus propios desafíos, por ejemplo el alto coste inicial de su puesta en marcha, una de las barreras más importantes especialmente para las pequeñas y medianas empresas (Pymes). Afortunadamente superar ese obstáculo es posible gracias a las diversas formas de financiación disponibles y las ayudas orientadas a impulsar la innovación como las que ofrece la Xunta de Galicia. Programas como InnovaPeme o DeseñaPeme, pensados específicamente para impulsar la capacidad innovadora de las Pymes, se establecen cómo valiosos recursos para que estas empresas puedan llevar a cabo sus proyectos de I+D+i con una mayor seguridad financiera.
La inversión en I+D+i pasa de ser una mera opción para convertirse en una necesidad estratégica para aquellas empresas que aspiran a liderar nos sus mercados y la selección minuciosa de proyectos, junto con el aprovechamiento de este tipo de apoyos puede marcar la diferencia. Adoptar un enfoque estratégico hacia la innovación que priorice proyectos con alto potencial de retorno sobre la inversión es fundamental, asumiendo a I+D+i como una apuesta de futuro, imprescindible para garantizar su crecimiento y éxito a largo plazo.